En el marco del diseño del Futuro Edificio del ITBA en el Parque de Innovación, dialogamos con Milagros Irastorza (MIA WORKS) y Josep Ferrando (Josep Ferrando Architecture), responsables del proyecto de interiorismo, sobre cómo la arquitectura puede potenciar el aprendizaje, la colaboración y la identidad institucional.
El Futuro Edificio del ITBA no es solo un proyecto arquitectónico: es una oportunidad para repensar la manera en que habitamos los espacios educativos. Desde sus inicios, el diseño del edificio ha sido concebido como una experiencia integral que acompañe los procesos de aprendizaje, conexión e innovación de toda la comunidad universitaria. En este camino, la propuesta de interiorismo, liderada por los estudios MIA WORKS (Argentina) y Josep Ferrando Architecture (España), cobra un rol fundamental: pensar desde adentro hacia afuera, diseñar espacios que convoquen, inspiren y se adapten al cambio. En esta conversación, Milagros Irastorza y Josep Ferrando comparten su visión interdisciplinaria y humana sobre la arquitectura, y reflexionan sobre el desafío de traducir la esencia del ITBA en una propuesta espacial viva y transformadora.
Milagros, Josep, ustedes lideran el proyecto de interiorismo del Futuro Edificio del ITBA. ¿Cómo fue el encuentro entre sus trayectorias y visiones arquitectónicas?
Milagros Irastorza: Nuestra formación y recorrido tienen enfoques distintos dentro de la disciplina, pero también muy complementarios. En mi caso, vengo de una experiencia muy enfocada en el diseño interior desde la escucha y el trabajo con grandes organizaciones en Argentina y la región. Me interesa mucho pensar en las personas que habitan los espacios.
Josep Ferrando: Yo he desarrollado mi práctica tanto desde el hacer arquitectónico como desde la docencia. Actualmente soy decano en la ETSALS de la Universidad Ramon Llull en Barcelona. Creo que lo que nos unió con Milagros fue entender que continente y contenido no pueden pensarse por separado. Diseñar un edificio implica también pensar en cómo se va a habitar.
Es central. El mundo es cada vez más complejo, y la única manera de responder a esa complejidad es a través de la multidisciplinariedad. La arquitectura debe permitir la interacción entre diversas áreas del conocimiento, crear ambientes que inviten a la colaboración y a la fluidez de ideas. El espacio debe adaptarse, no ser rígido.
Justamente, ¿qué rol creen que cumple la interdisciplinariedad en este tipo de proyectos?
MI: En ese sentido, trabajar con equipos diversos y entender a fondo la cultura de la institución es clave. En el caso del ITBA, nos interesaba escuchar a su comunidad, saber quiénes van a habitar ese edificio, cómo viven el día a día, qué los motiva. El diseño de interior no es una cuestión estética, es un puente con la experiencia.
Hablemos de eso. ¿Qué características consideran fundamentales en la propuesta que están desarrollando para el ITBA?
MI: Queremos generar espacios que convoquen, que reflejen identidad, que transmitan pertenencia. Que el edificio hable del ITBA. Pero también que puedan cambiar, transformarse con facilidad, sin grandes costos ni tiempos. La flexibilidad es clave hoy.
JF: Sí, una arquitectura que sugiera, no que imponga. Que deje abierta la posibilidad de múltiples formas de uso. Esa idea de sostenibilidad también tiene que ver con cómo el espacio puede adaptarse a los cambios sin perder su esencia.
¿Y cómo imaginan esa esencia del ITBA traducida en arquitectura?
JF: A través de una estructura que invite al intercambio, que rompa con la compartimentación tradicional. El edificio debe ser una plataforma para que ocurran cosas: aprendizajes, encuentros, descubrimientos. Cada rincón debe tener el potencial de convertirse en aula, laboratorio o lugar de descanso.
MI: El alma del ITBA está en su comunidad. Si logramos que cada estudiante, docente, investigador o colaborador sienta que ese edificio lo representa y le da herramientas para crecer, entonces habremos cumplido nuestro propósito.
Mirando hacia el futuro, ¿cómo ven el impacto de este edificio en el aprendizaje?
JF: La arquitectura universitaria tiene un rol formativo en sí misma. Educa, incluso sin darnos cuenta. Desde cómo te movés por el espacio hasta cómo te vincula con los demás. Diseñar para el aprendizaje es diseñar con conciencia de cada detalle.
MI: El ITBA está apostando por algo de enorme valor: insertarse en el Parque de Innovación y proyectarse hacia adelante, sin perder de vista su historia. Y eso es lo que queremos acompañar con este proyecto.
La conversación entre Milagros Irastorza y Josep Ferrando deja en evidencia cómo la arquitectura, cuando se construye desde el diálogo, la escucha y la complementariedad de saberes, puede convertirse en un motor de transformación institucional. Su visión compartida trasciende lo estético y propone un enfoque profundamente humano, flexible y proyectado hacia el futuro. El diseño del interior del Futuro Edificio del ITBA se configura así como una invitación a crear comunidad, fomentar el aprendizaje y habilitar nuevas formas de encuentro, en sintonía con el espíritu pionero de la universidad.
Más info:
MIA Works | Josep Ferrando Architecture
Verónica Masini
Directora de Comunicación, Unidad Desarrolladora del Futuro Edificio Principal
Para más información: vmasini@itba.edu.ar