Co-creado por dos graduados y una alumna del ITBA, el programa digital de beneficios Fidus busca hacerse un nombre en el mercado: abrió oficinas en Madrid y cuenta con una red de 60 mil usuarios.
En los pasillos de la Universidad, en Wolox y en el programa Innovation Experiencie Israel. Tres espacios en los que coincidieron y pudieron consolidar una idea potente: concebir una plataforma que genere valor a partir del vínculo entre los pequeños y medianos comercios, y la sociedad. Así, en 2017, los ingenieros Mateo Bovio y Gonzalo Nardini, y la alumna avanzada en ingeniería informática Milagros Moreno Lafon, co-crearon Fidus.
La startup inició su camino como un programa de fidelización de clientes. Al corto plazo los fundadores decidieron cambiar el foco y reconvertirlo en un programa digital de beneficios con dos unidades de negocios: un servicio de empleados –con descuentos en locales cercanos al lugar de trabajo, y un programa de beneficios para universitarios –pensado para que los estudiantes puedan acceder a ofertas exclusivas-.
“Buscamos que los comercios logren un mayor conocimiento de sus clientes mediante el tratamiento estadístico de los datos que recopilamos. Ofrecemos un servicio compuesto por campañas de marketing automáticas y personalizadas, además de premios de atracción de nuevos clientes. Por otro lado, los dueños de los negocios pueden acceder a información variada acerca del impacto que tiene el sistema sobre su negocio y conocer a los clientes más frecuentes”, detalla Mateo, graduado de Ingeniería Industrial, quien además es parte del cuerpo docente de la materia Formación para Emprendedores.
En estos dos años de rodaje la startup alcanzó a 60 mil usuarios a través del vínculo con 200 comercios. Instalada en Buenos Aires y Madrid, Fidus emplea a 20 personas y ambiciona con posicionarse como el número uno en su rubro a partir de la demanda inteligente. “Apuntamos a personalizar los beneficios en función de cada usuario; es decir, analizando sus hábitos y preferencias. De esta forma podemos ayudar a los negocios a atraer y retener clientes, usando el descuento justo, maximizando sus ingresos y el valor percibido por el usuario”, sostiene Milagros.
Los tres coinciden en que la formación académica del ITBA los dotó de las competencias necesarias para encarar el emprendimiento sin grandes sobresaltos. Gonzalo, que en el primer cuatrimestre de 2019 se sumó a la asignatura Estructuras de Datos y Algoritmos de la carrera Ingeniería Informática como Ayudante de Trabajos Prácticos, se explaya al respecto: “La universidad nos proveyó de herramientas técnicas, pero al mismo tiempo de conocimientos sobre negocios. Nos permitió desarrollarnos en un ambiente con gente de primer nivel en muchas disciplinas, lo que nos dejó una red de soporte y contactos inigualable en la que muchas veces nos apoyamos”.