No comprender la realidad del entorno y no mirar las acciones que emprende la competencia puede ser letal.
*Escrito por Marcelo Granieri
Las empresas más chicas corren con ventajas a la hora de encarar un proyecto de este estilo y eso podemos verlo, por ejemplo, en la lucha que tienen los bancos con el mundo fintech: estructuras tremendamente pesadas y burocráticas que van perdiendo terreno contra startups que arman un grupo de personas en un espacio de coworking.
Las nuevas habilidades y conocimientos que requiere cualquier transformación digital son propicias para nivelar personas y, por ende, fortalecer equipos de trabajo. Hoy, los nacidos en el 2000 ya están formando parte de las organizaciones, es decir que la nueva fuerza laboral no conoció el mundo sin internet. Esto representa para las grandes empresas un desafío en la gestión de su capital humano, dado los que pertenecen a Generación X están comenzando a jubilarse, para darle lugar a las siguientes camadas. Hay una brecha importante que podría mitigarse con grupos multidisciplinarios, estructuras más planas y lugares de trabajo que fomenten el co-working.
Al igual que las personas, las empresas ahora también nacen digitales. Casos como Airbnb y Uber encontraron en la intermediación de servicios un nicho sumamente redituable. Otro ejemplo es Wilobank, que nació como un banco 100% digital presentándose en sociedad un sábado, día no laborable, dando una señal muy fuerte en una industria muy regulada. No es un dato menor que hoy la empresa argentina de mayor valoración bursátil sea Mercado Libre, por encima de otras compañías nacionales tradicionales de extensa trayectoria.
Dentro de este contexto, la educación se presenta como estructural, tanto sea de temas digitales como de iniciativas emprendedoras. En este sentido, varios países han ido modificando programas educativos secundarios para incorporar esta temática. Colombia, Chile y Argentina, por ejemplo. También es clave generar programas cortos a nivel universitario. Asimismo, es importante que los gobiernos se vuelvan digitales; eso empuja a muchas industrias y negocios a seguir sus pasos y flexibilizar ciertos puntos que no siempre son sencillos como los marcos regulatorios y el acceso a la financiación.
Estamos en una era donde el conocimiento será ilimitado y lo tendremos a un click de distancia, será nuestro trabajo usarlo y acomodarlo a nuestras necesidades. Las herramientas ya se encuentran a la vista.
(*) Docente del nuevo Programa Ejecutivo de Transformación Digital del ITBA.