El Director de la Diplomatura en Criptoeconomía y Tecnología Blockchain Nicolás Collebechi y un recorrido por las distintas aplicaciones de esta tecnología. ¿Qué rol podría tener dentro del ámbito educativo?
Cuando hablamos de tecnología Blockchain, el público no especializado tiende automáticamente a asociarlo con un token o criptomoneda que actúa como activo digital o reserva de valor. La realidad es que cuenta con innumerables usos posibles que tienen aplicaciones directas y concretas en una gran cantidad de industrias, tanto en el ámbito público como privado. Por citar tan solo algunos ejemplos, puede ser implementada en sectores como el financiero, seguros, publicidad digital, cadena de suministros, salud, educación, internet de las cosas, etc.
Además posee la capacidad de ser utilizada para generar impacto social positivo como puede suceder en la producción de alimentos o medicamentos. Mediledger, por ejemplo, es una propuesta basada en tecnología blockchain con intención de generar trazabilidad de punta a punta el proceso de producción de medicamentos. Por otro lado, Grassroots es un proyecto que busca dotar de trazabilidad las carnes vacunas. También, muchas empresas en distintos países están explorando soluciones como Hyperledger para permitir a los consumidores analizar el ciclo productivo de un alimento.
Otro caso concreto es el de la industria de las donaciones. La trazabilidad que puede proveer la tecnología blockchain logra que el proceso sea más transparente para todas las partes involucradas, como sucede en Givetrack, Humaniq y Circles of Angels.
También puede aplicarse como solución a la población mundial no bancarizada, colaborando exponencialmente con el proceso de bancarización. Actualmente, existen billones de personas sin ningún tipo de acceso al sistema financiero ni crediticio. Proyectos como Banqu son un claro ejemplo de cómo facilitar el proceso de creación de identidades digitales que en consonancia con propuestas como Mojaloop permitirían la bancarización de millones de personas.
Otra posibilidad es su utilización para premiar la investigación científica. Curecoin resulta interesante en este sentido, así como Orvium, Frankl y Eureka Token. De forma colaborativa, se busca compartir, acelerar y premiar la investigación científica generando una capa de información global a través del uso de esta herramienta.
Y por supuesto que la educación no se queda afuera. La tecnología blockchain también está siendo explorada para dotar de mayor transparencia las certificaciones de títulos y reducir costos, lo que permitiría a una mayor cantidad de personas acceder a educación de calidad. Odem, Tutellus y Edgecoin son algunos de los pioneros que la están aplicando en este ámbito. Por su parte, el propio Estado podría tener un rol clave y, por ejemplo, premiar a su población con un token nativo por capacitarse en temas que aporten valor a la sociedad en su conjunto.
*Columna publicada originalmente el 25 de septiembre de 2019 en Perfil.