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LIC. MARIO BOLO   EL CRONISTA   LINK A NOTICIA ONLINE

Cómo puede afectar el fenómeno de Big Data a las decisiones que toman los ejecutivos? Todos sabemos que el mundo está literalmente inundado de datos y que el volumen de éstos alcanza hoy en día valores astronómicos. Sospechamos también que esos datos esconden información valiosa para la toma de decisiones. ¿Significa esto que la intuición de los ejecutivos ya no jugará ningún papel, y que las decisiones estarán totalmente determinadas por la información?

En realidad, como ocurre con la mayor parte de las innovaciones en tecnología y en los negocios, en el caso de Big Data hay que separar el mero revuelo (hype) de la realidad. Estamos convencidos de que la intuición el instinto, podríamos decir de los buenos ejecutivos seguirá siendo siempre esencial e irremplazable, y hasta se podría afirmar que es lo que seguirá definiendo su valor como ejecutivos. Pero una gran ventaja de la economía digital es la posibilidad de validar las intuiciones contra los datos duros y concretos. El análisis de grandes volúmenes de datos no reemplaza entonces a la intuición; la complementa.

Las organizaciones que adoptan el enfoque que acabamos de mencionar suelen denominarse organizaciones guiadas por los datos (en inglés: data-driven organizations). Se trata de instituciones que no se limitan a tener un equipo de expertos que analizan la información y producen reportes para la gerencia, sino que integran el análisis de los datos a todos los procesos de la organización.

Esto no significa, desde ya, que los expertos no sean importantes; lo son, y mucho. El famoso gurú John Naisbitt afirmó en cierta ocasión que el riesgo que enfrentamos hoy no es que nos falten datos, sino el de ahogarnos en los que tenemos. Es fundamental entonces contar con especialistas capaces de definir mediante su entendimiento del negocio cuál es la información necesaria y, a partir de allí, diseñar el plan para obtenerla, gestionarla, y terminar elaborando los indicadores y las métricas más aptas para convertirse en decisiones y en acciones. Esos indicadores y métricas impregnan después a toda la organización, alineándola de ese modo con los datos.

Los resultados de convertirse en una organización guiada por los datos son sorprendentes. Un estudio llevado a cabo hace pocos años por The Economist revela que las compañías que lo han hecho tienen una probabilidad tres veces mayor de estar substancialmente por delante de sus pares en performance financiera. Asimismo, un trabajo realizado por McKinsey ha dejado en evidencia que las empresas del sector de retail pueden llegar a incrementar su margen operativo en hasta un 60%, mientras que, en la industria de la salud, o en las organizaciones gubernamentales, se pueden obtener ahorros muy substanciales a través de la reducción de fraudes y errores.

 Resumiendo, entonces, hay una enorme oportunidad para las organizaciones en el mundo actual. Ejemplos bien conocidos como los de Uber, Netflix, Amazon y muchos otros, enseñan que el uso de los datos para las decisiones críticas de negocio es una realidad. Se trata en definitiva de integrar el análisis de datos con los procesos de toda la organización, de contar con los expertos que ayuden a volver disponibles esos datos y a lograr el balance óptimo entre los datos y la indispensable intuición, ese resto de creatividad humana que ninguna tecnología podrá reemplazar jamás.