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El docente Fernando del Solar Dorrego se graduó como Ph.D. del Graduate Program in Acoustics de Penn State. Su tesis doctoral fue premiada con la medalla Newman, un reconocimiento que otorga la Acoustical Society of America.

El cuerpo de profesores de la Universidad continúa actualizando su formación académica y recibiendo distinciones por sus proyectos e iniciativas. Un caso saliente es el del Ing. Fernando del Solar Dorrego, graduado de Ingeniería Mecánica en 2004, y docente de la materia “Acústica para Ingenieros”, quien defendió su tesis doctoral del Graduate Program in Acoustics de Penn State. Además de haber recibido el título de Ph.D., también fue reconocido con la medalla Robert Bradford Newman, por su investigación sobre acústica de salas de concierto.

Todos los años, las universidades más importantes del mundo que tienen programas de acústica, proponen a alumnos que están haciendo investigaciones en la especialidad de acústica arquitectónica como candidatos para recibir la medalla Newman. Después de un proceso de selección, la Acoustical Society of America elige a los proyectos más innovadores dentro del área.

¿De qué se trató la investigación de Fernando del Solar Dorrego? Entre 2017 y 2018, usando un sistema muy avanzado de medición de salas de concierto llevó a cabo una gira por las salas más prestigiosas de EEUU y Europa. Con esa información, utilizó una sala especial de Penn State, llamada la sala AURAS, que es una cámara anecoica en la que el oyente está rodeado por un array esférico de 30 parlantes. En ese espacio se puede escuchar la misma música con diferente acústica apretando un botón en una tablet. Para realizar los estudios subjetivos, se reclutaron alumnos de la universidad que respondieron preguntas sobre los cambios que percibieron en la acústica de las distintas salas.

De esta manera, la investigación analizó el cambio más pequeño en un parámetro similar a la reverberación que una persona puede detectar. Además, estudió qué bandas de frecuencia son más importantes para la percepción de la reverberancia (la ligera permanencia del sonido una vez que la fuente original ha dejado de emitirlo) y la claridad musical.  Y también propuso valores “preferidos”, basados en preferencia subjetiva, para distintos parámetros que describen la acústica de una sala. Estos valores son usados por los diseñadores de salas de concierto para crear una acústica que, si todo sale bien, sea la más preferida para los oyentes que van a escuchar un concierto en ella.